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Empodérate Para tu 2025 - 2da Parte

Actualizado: 4 jun

¿Si ya te has atrapado en la misma trampa de resoluciones de Año Nuevo? Es hora de probar algo diferente. Esto puede ser algo que nunca hayas hecho antes, pero sean cuales sean tus metas, sea lo que sea que quieras lograr, comienza con lo espiritual. Todo comienza en el ámbito espiritual y cuando somos empoderados por el Espíritu de Dios, podemos ir mucho más lejos de lo que podemos con nuestro propio estrés, lucha y sudor. Hasta que no me comprometiera a rendirme completamente a Cristo y a ser guiado por el Espíritu, no podía alcanzar mis metas personales y empezaba bien y chocaba contra un muro de ladrillos. En este próximo episodio, quiero cubrir el ministerio del Espíritu Santo porque El es el mejor ayudador que puedes tener.


Invertimos mucho tiempo, energía y dinero en autoayuda, mentoría, cursos, títulos, coaching e incluso desplazándonos por las redes sociales viendo y escuchando sobre otros que logran sus objetivos, pero la mayoría no logra acceder a la persona más beneficiosa que puede lanzarnos a nuestro destino. El Espíritu Santo es tan importante que esta fue la última instrucción dada por Jesús a sus discípulos en el libro de los Hechos antes de ascender al cielo: esperar la promesa del Espíritu Santo antes de hacer cualquier cosa. Cuando seguimos adelante y no esperamos al Espíritu Santo, eventualmente nos estrellamos y nos quemamos porque vamos en nuestros propios esfuerzos. Pero cuando esperamos que el Espíritu Santo venga sobre nosotros, recibimos poder sobrenatural, habilidad, sabiduría y estrategia para navegar lo que Dios nos ha llamado a hacer de maneras más allá de nuestro entendimiento natural.


Voy a compartir un ejemplo de esto que comenzó con un sueño que el Señor me dio. Estaba oscuro y yo estaba junto al mar con mi marido. Mi esposo me preguntó si era capaz de flotar en el agua, y lo dijo de una manera dudosa. Le respondí y le dije "mírame hacerlo" con cierta confianza. Caminé hacia el océano en calma y floté sobre mi espalda durante lo que conté eran 8 horas y salí cuando salía el sol sintiéndome muy realizada y mirando lo fuertes que parecían mis piernas mientras salía del océano hacia la arena. Esa misma semana estaba en mi llamada de oración matutina y el Señor me dio una descarga divina para un libro. Me dio un esbozo de los capítulos, me dio el contenido, no podía parar de escribir y las ideas seguían yendo y viniendo. Cuando terminé con mi llamado a la oración, le di gracias a Dios y seguí tomando notas. Le conté a mi esposo lo que había pasado y me preguntó: "¿Puedes escribir un libro?", dudoso mientras recordaba mi sueño, y le dije "mírame hacerlo". Sentí la confianza y el respaldo del Señor. Todo estaba tan claro para mí que comencé a escribir en la computadora portátil. Después de mi jornada laboral seguí escribiendo hasta la noche y al día siguiente hice lo mismo. Cuando terminé, me acerqué a mi esposo, saltando de un lado a otro, ¡que había terminado mi libro! ¡No lo podía creer! Al día siguiente edité mi libro y durante el fin de semana subí mi primer libro a Amazon, que fue "La guía más simple y definitiva para lograr el cuerpo de tus sueños después de los 40”. ¡Uau!

Supe que estaba viviendo el libro de los Hechos en ese momento, supe sin lugar a dudas que el Espíritu Santo estaba sobre mí, impulsándome y guiándome para escribir este libro y me tomó exactamente 8 horas tal como lo reveló mi sueño. Aprendí algo increíble a través de esa experiencia. Esperar en el Espíritu Santo antes de seguir adelante con mi plan, especialmente si son para el ministerio o los sueños que Dios ha puesto en tu corazón. También he aprendido a invocar al Señor y a ser más consciente de su presencia y de que el Espíritu Santo quiere ayudar. Si no sabes a qué tienes acceso, lo más probable es que nunca lo hagas, pero cuando entiendes el ministerio del Espíritu Santo, una dimensión completamente nueva de vida sobrenatural se vuelve disponible.

 

Número 1. El Espíritu Santo es Nuestro Ayudador, Maestro, Consejero

El Espíritu Santo es nuestro ayudante aquí en la tierra que nos enseña y nos da fuerza y sabiduría para hacer la voluntad del Padre. Esta es la razón por la que Jesús les dijo a sus discípulos que esperaran hasta que viniera el Espíritu Santo (hasta que fueran bautizados con el Espíritu Santo) antes de hacer algo (Hechos 1:4). De la misma manera, seguimos dependiendo del Espíritu Santo tal como lo hicieron los discípulos. Salmo 32:8 (NVI), "El Señor dice: «Yo te instruiré, yo te mostraré el camino que debes seguir; yo te daré consejos y velaré por ti." He aquí dos ejemplos de cómo el Espíritu Santo puede enseñarnos.

·        1 Corintios 2:13 (NVI), "Esto es precisamente de lo que hablamos, no con las palabras que enseña la sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, explicando lo espiritual en términos espirituales."

·        Juan 14:26 (NVI), "Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les hará recordar todo lo que he dicho."


El Espíritu Santo es también nuestro consolador y consejero. A medida que nos acercamos a Dios, él se acercará más a nosotros y nos hablará lo que hemos leído en Su palabra. El Espíritu Santo quiere estar allí en cada paso de cada día, para que podamos invocarlo tantas veces como lo necesitemos o incluso sin ninguna razón. Hechos 9:31 (NVI), “Mientras tanto, la iglesia disfrutaba de paz a la vez que se consolidaba en toda Judea, Galilea y Samaria, pues vivía en el temor del Señor e iba creciendo en número, fortalecida por el Espíritu Santo.” Cada vez que experimentemos pruebas, dificultades, trastornos emocionales, desánimo o incluso alegría, invoque al Espíritu Santo para que le ministre a través de todo.

Número 2. El Espíritu Santo provee la habilidad profética

El Espíritu Santo es la promesa del Padre que podemos ver en el libro de Joel. Esta profecía también se menciona en el Libro de los Hechos. Lee Hechos 2:16-18. “En realidad lo que pasa es lo que anunció el profeta Joel: »“Sucederá que en los últimos días —dice Dios—, derramaré mi Espíritu sobre todo ser humano. Los hijos y las hijas de ustedes profetizarán, tendrán visiones los jóvenes y sueños los ancianos.En esos días derramaré mi Espíritu aun sobre mis siervos y mis siervas, y profetizarán.”


El Espíritu Santo es responsable de los dones y manifestaciones del Espíritu. Dios se comunica con la humanidad en forma de sueños, visiones y declaraciones proféticas que es posible a través del Espíritu Santo. Ser profético significa comunicar o proclamar mensajes inspirados por Dios, a menudo dando conocimiento, orientación o advertencias sobre el futuro. Se cree que las personas proféticas tienen una habilidad especial para discernir las verdades espirituales y revelar la voluntad de Dios a los demás. Esto puede incluir pronunciar palabras de aliento, corrección o revelación basadas en la percepción divina.


Como cristianos, todos estamos llamados a ser personas proféticas, esto no está reservado solo para aquellos llamados al oficio de Profeta. A medida que aprendemos a caminar con el Espíritu Santo y a comunicarnos estrechamente con Dios, tú también puedes aprender a ser profético. Dios quiere darnos revelaciones del futuro. Juan 16:13 (NVI) dice: "Pero cuando venga el Espíritu de la verdad, él los guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que dirá solo lo que oiga y les anunciará las cosas por venir."

 

Número 3. El Espíritu Santo nos convence de nuestros pecados

El Espíritu Santo es responsable de convencernos de nuestros pecados. Cuando los nuevos creyentes vienen a Cristo, nunca debemos juzgar o tratar de cambiar sus comportamientos porque esta no es nuestra responsabilidad. Debemos orar para que sean bautizados con el Espíritu Santo y debidamente discipulados y animados. Juan 16:8 (NVI) "Y cuando él venga, convencerá al mundo de su error en cuanto al pecado, a la justicia y al juicio". Cuando vemos iglesias en desobediencia externa y con ministros que caen en pecado, la solución es más del Espíritu Santo. El Espíritu Santo no estará donde no sea honrado. Una iglesia o ministerio que no reconoce, no enseña y no honra al Espíritu Santo, no será fructífero en el cumplimiento de la voluntad del Padre.

Número 4. Los dones del Espíritu están disponibles solo a través del Espíritu

El Espíritu Santo es la fuente de una variedad de dones espirituales. Estos dones se describen en 1 Corintios 12: 8-11 (NVI): "A unos Dios da por el Espíritu palabra de sabiduría; a otros, por el mismo Espíritu, palabra de conocimiento;  a otros, fe por medio del mismo Espíritu; a otros, y por ese mismo Espíritu, dones para sanar enfermos;  a otros, poderes milagrosos; a otros, profecía; a otros, el discernir espíritus; a otros, el hablar en diversas lenguas; y a otros, el interpretar lenguas.  Todo esto lo hace un mismo y único Espíritu, quien reparte a cada uno según él lo determina.” Estos dones deben ser usados todos juntos en el cuerpo de Cristo y pueden brotar en nuestro tiempo de oración.  Podemos usar los dones del Espíritu en un entorno ministerial o incluso en nuestras vidas personales de oración. Permítanme darles un resumen rápido de cada uno para que puedan tener más claridad.

1.        Expresión de sabiduría: Capacidad de hablar un mensaje de sabiduría de Dios, acerca de lo que va a suceder; prediciendo el futuro con una solución dada por Dios (Génesis 6:12-13; Mateo 24; Lucas 21; y Marcos 13).

2.        Expresión de conocimiento: El poder de expresar una palabra de conocimiento sobre algo que ahora se conoce de forma natural. También se conoce como un don de la ciencia, que puede ser algo que existió en el pasado o que existe en el presente (2 Reyes capítulo 6 y Juan capítulo 4).

3.        Fe: Una habilidad sobrenatural que logra lo que no es humanamente posible (Daniel 6:16). Las declaraciones de fe permiten que Dios intervenga y que Su Reino se manifieste (Romanos 8:37).

4.        Dones de sanación: Este es el único regalo que sugiere múltiples tipos de este don. Es una unción especial para ciertos tipos de sanidades, es decir, sanar a los paralíticos. Es posible que la mayoría de las personas con este don no puedan sanar todo tipo de enfermedades y dolencias en el poder de Dios. Sólo Jesús llevó este don en su plenitud.

5.        Obra de milagros: Una intervención sobrenatural de Dios contra el curso ordinario de la naturaleza (2 Reyes 2:8 y Juan 2:1-11).

6.        Profecía: La capacidad de hablar un mensaje de Dios a la gente con el propósito de edificación, exhortación (aliento) y consuelo (Hechos 21:9). La profecía también puede venir como una advertencia de Dios o una corrección que se necesita (Ezequiel 3:17-21).

7.        Distinguir entre espíritus, también conocido como discernimiento de espíritus: Un don revelador para distinguir la doctrina sana y piadosa de la doctrina engañosa de las religiones y cultos hechos por el hombre (Hechos capítulo 8).

8.        Varias clases de lenguas : Hablar un idioma celestial desconocido o hablar en un idioma que no has aprendido. Parte del don de lenguas es orar en lenguas, su lenguaje personal de oración (1 Corintios 14:2). Esto está disponible para todo creyente lleno del Espíritu.

9.        Interpretación de lenguas: Capacidad de proporcionar interpretación sobrenatural de una lengua celestial desconocida que puede ser usada para edificar la iglesia de la misma manera que una profecía (1 Corintios 14:5).

Estos dones son una manifestación de la habilitación del Espíritu y se dan como Dios quiere; cuando Él quiere y a quien Él quiere. Debemos desear los dones del Espíritu, pero no más de lo que deseamos al que da los dones. 1 Corintios 12:29-31 (NVI), “¿Son todos apóstoles? ¿Son todos profetas? ¿Son todos maestros? ¿Hacen todos milagros? ¿Tienen todos dones para sanar enfermos? ¿Hablan todos en lenguas? ¿Acaso interpretan todos?  Ustedes, por su parte, ambicionen los mejores dones."


Número 5. El Espíritu Santo nos da Discernimiento Espiritual

Mencioné el don de discernimiento de los espíritus, pero quise resaltar este ministerio del Espíritu Santo porque es un arma contra el engaño. Estamos en los últimos días y el espíritu demoníaco de engaño está obrando en todas partes, incluso en la Iglesia. El enemigo usó el engaño para traer confusión, división y cegar nuestros ojos espirituales. A través de espíritus engañosos terminamos creyendo falsas profecías, siguiendo falsos maestros y poniendo nuestra fe en el hombre y no en Dios. Aquí explicaré cómo el Espíritu Santo puede ayudarnos a diferenciar entre las fuentes de poder que actúan (el bien y el mal).


El Espíritu Santo nos habla para que Jesús pueda ser glorificado y la voluntad del Padre se manifieste del Cielo a la Tierra.  Juan 16:14 (NVI) dice: "Él me glorificará porque tomará de lo mío y se lo dará a conocer a ustedes." Toda la autoridad y el poder han sido dados al Espíritu Santo, luego nos habla de la voluntad del Padre para que la demos a conocer a través de la profecía, la declaración y los actos proféticos de fe. Solo aquellos que llevan el Espíritu de Dios pueden confesar que Jesús es el Señor. Así es como podemos ayudar a discernir los Espíritus, lo que significa saber qué tipo de espíritu está en funcionamiento y no dejarse engañar con dones falsos. Recuerdo a mi padre compartiendo conmigo de un taxista clarividente, que seguía en las redes sociales. Mi padre me decía que este taxista tenía un don increíble y les contaba a los pasajeros todo tipo de detalles personales de sus vidas que inducían reacciones emocionales en los que lo escuchaban. No estoy argumentando que este hombre tenía un don, pero lo que estoy diciendo es que no todo don es del Espíritu Santo. ¿Cómo sé que este taxista no era de Dios, incluso si estaba haciendo un aparente "buen" trabajo?” Bueno, le pregunté a mi papá: "¿Este hombre confiesa a Jesús o le da la gloria a Dios?", la respuesta fue "No". Cualquiera con el Espíritu de Dios estaría dando la gloria a Dios y guiando a la gente a Jesús. Es así de simple. Pon a prueba los espíritus.


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